El agua es un recurso necesario para la vida de las personas, animales y plantas. La hidratación de nuestro cuerpo es fundamental. De hecho, un 70 % de nuestro cuerpo es agua. Ahora bien… ¿Qué cantidad debemos consumir?
Como cabría esperar, la cantidad de agua que se ha de ingerir depende de factores como la edad y el género, principalmente. Dentro del marco de una dieta equilibrada y una nutrición más saludable, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) publica la opinión científica acerca de los valores de referencia de ingesta de agua por día. Son los siguientes:
Los niños entre 2 y 3 años han de ingerir alrededor de 1300 ml al día. Si tienen entre 4 y 8, la cantidad pasa a 1600; y si se ubican en la franja de edad que va desde los 9 hasta los 13, la cantidad se incrementa hasta los 1900 ml por día. Por su parte, los adolescentes, cuando tienen más de 14 años, se consideran personas adultas en lo que se refiere a la ingesta diaria de agua. Las recomendaciones en torno a esta se sitúan en los 2 litros para las mujeres y 2,5 para los hombres.
Estas recomendaciones tienen en cuenta que el 80% de la ingesta de agua procede de líquidos y, el 20%, de los alimentos que se consumen. En este sentido, el agua desempeña un papel fundamental en la nutrición, siendo la base de la misma. Es, además, la bebida de elección que se recomienda para acompañar las comidas.
Siguiendo esta línea, si la función básica del agua es la hidratación, ¿por qué elegir una u otra? El agua que proviene del grifo tiene una composición variable y está tratada químicamente para poder ser consumida. Cuando nos referimos al agua mineral natural, apelamos a la pureza en origen, a la ausencia de tratamientos y a la composición constante. Dentro de ellas cada una es diferente, pues su composición mineral es única, así como su sabor.
Sobre el agua de FUENSANTA
El agua de FUENSANTA posee múltiples propiedades que la convierten en especial, la diferencian de otras aguas del mismo tipo y aconsejan su consumo. Ha sido refresco y medicina desde antes siquiera de que existieran las propias medicinas. Las aguas que manan de la Fuente Santa de Buyeres han cuidado y sanado a generaciones enteras a lo largo de más de dos milenios. Ahora, envasadas por FUENSANTA, cumplen con la función de hidratación al mantener intactas sus propiedades minero-medicinales.
